En el mundo de la medicina existen condiciones poco conocidas que, cuando se explican fuera de contexto, pueden generar bastante confusión o interpretaciones erróneas.
Uno de estos casos es el teratoma, que es un tipo de tumor bastante extraño, este tiene la particularidad que puede contener distintos tipos de tejido humano y que, por su apariencia, suele ser malinterpretado a simple vista.
Aunque algunas imágenes médicas pueden resultar impactantes a la vista, la ciencia es clara: un teratoma no es un bebé ni una forma de vida, sino un crecimiento tumoral con características muy particulares.
Para explicarlo de manera clara, un teratoma es un tumor que se origina a partir de células germinales (óvulo o espermatozoide), estas son células que tienen la capacidad de transformarse en diferentes tipos de tejidos.
Entonces, cuando este proceso ocurre de forma desorganizada, puede dar lugar a un tumor que contiene estructuras como:
– Tejido cutáneo
– Cabello
– Dientes
– Uñas
– Grasa
– Cartílago
Es importante saber que estas estructuras no funcionan como órganos, ni están organizadas para poder sostener vida, ya que para quienes son diagnosticados con este, pueden encontrar chocante pensar que si es posible.
Durante el desarrollo humano, las células germinales tienen el potencial de formar cualquier tipo de tejido del cuerpo, en el caso del teratoma, este potencial se expresa de manera anómala, dando lugar a una combinación de tejidos que normalmente no aparecerían juntos.
Es importante aclarar que los teratomas, aunque tengan tejidos del cerebro este no presenta actividad, no hay sistema nervioso funcional, no hay conciencia ni desarrollo embrionario, la apariencia puede resultar engañosa, pero el origen es estrictamente tumoral.
Los teratomas pueden desarrollarse en diferentes partes del cuerpo, siendo más frecuentes en los Ovarios, Testículos, la Región sacrococcígea, Mediastino (tórax), en raras ocasiones aparecen en el cerebro.
La mayoría de los teratomas son benignos, especialmente los llamados teratomas maduros. Sin embargo, algunos pueden presentar componentes malignos, por lo que siempre deben ser analizados mediante una biopsia y tratados por profesionales de la salud.
El tratamiento y seguimiento dependen de:
– Tamaño
– Ubicación
– Edad del paciente
Uno de los mitos más comunes es pensar que un teratoma es producto un embarazo fallido o un “bebé que no se desarrolló”, pero desde el punto de vista de la ciencia, esta idea es incorrecta.
Para que un embarazo se desarrolle este requiere un esarrollo embrionario organizado, la formación de órganos funcionales, actividad neurológica, capacidad de crecimiento independiente y un teratoma no cumple con ninguna de estas condiciones.
El teratoma es un ejemplo de cómo el cuerpo humano puede realizar formaciones complejas cuando los procesos celulares normales se alteran, es por esto que resulta indispensable cada cierto tiempo acudir a la consulta médica.