Brianna Lafferty, de 33 años de edad, vivió una experiencia transformadora durante un episodio de desconexión total. Según comenta, su conciencia se elevó por encima de su cuerpo y entró en un espacio fuera del tiempo, donde todo parecía desdibujarse.
Durante ese instante, sintió una calma profunda y una claridad inigualable. “No había dolor. Solo paz y lucidez”, relató. Fue entonces cuando percibió que la conciencia va más allá del plano físico y se convierte en algo eterno, sin realmente terminar, sino cambiando de forma.
Su vivencia le otorgó un fuerte sentimiento de gratitud y un propósito renovado. Tras años lidiando con un trastorno neurológico y tratamientos que no dieron resultado, esta experiencia le brindó serenidad: “Acepto lo que llega y fluyo con la vida”, afirmó.
Además, sintió la presencia de seres no visibles, llenos de amor y armonía, y percibió una conexión con un orden universal donde el tiempo parecía diluirse: “Todo ocurrió al mismo tiempo y tenía sentido”, compartió .
En los días siguientes, experimentó cambios en su estado emocional y espiritual. Su cuerpo necesitó descanso y recuperación, pero su mente quedó marcada por una nueva perspectiva de la existencia.
Este tipo de vivencias cercanas a una desconexión consciente suelen generar debates entre quienes las interpretan como manifestaciones trascendentes y aquellos que buscan explicaciones científicas.
Algunos investigadores han observado que episodios similares pueden desencadenarse por cambios fisiológicos, sin necesidad de invocar una fuerza sobrenatural.