Salud

Señales tempranas de problemas renales: qué observar y por qué actuar a tiempo.

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Los problemas renales son uno de los problemas de salud más silenciosos y, por eso mismo, uno de los más peligrosos para el ser humano.

Los riñones pueden irse deteriorando por años sin generar ningún síntoma, ya que su capacidad de compensación es tan alta que continúan funcionando incluso bajo condiciones adversas. Sin embargo, cuando finalmente aparecen síntomas, en muchos casos el daño ya está avanzado.

Por eso es tan importante reconocer las señales tempranas que el cuerpo puede nos puede enviar para así poder actuar a tiempo, aunque muchas personas piensan que los riñones solo se encargan de filtrar líquidos del cuerpo, su trabajo va mucho más allá.

El rińon es un órgano encargado de regular el equilibrio de minerales, eliminar desechos, controlar la presión arterial, participan en la producción de glóbulos rojos y activan la vitamina D, esencial para mantener los huesos saludables. Cuando alguno de estos mecanismos empieza a fallar, el cuerpo lo refleja de distintas formas que, a veces, no se asocian de inmediato con un problema renal.

Uno de los primeros síntomas suele ser un cambio en la forma de orinar, disminuir la frecuencia, expulsar poca cantidad, notar espuma, ciertas alteraciones en el color o incluso orina con sangre, pueden ser señales de que algo no está funcionando correctamente en tus riñones.

Otra señal habitual es la retención de líquidos, principalmente en las partes distales del cuerpo, como las piernas, tobillos, manos o incluso en el rostro.

El cansancio extremo es otra manifestación que suele pasarse por alto, sentirse agotado, débil o con dificultad para concentrarse puede deberse a que los riñones dañados no producen suficiente hormona encargada de estimular la creación de glóbulos rojos. Esto puede causar anemia, que se manifiesta como falta de energía constante.

La presión arterial alta también puede ser un aviso importante, ya que como los riñones ayudan a mantener la tensión en niveles adecuados, cuando no funcionan bien, esta se altera.

Otros síntomas posibles incluyen náuseas, pérdida del apetito y un sabor desagradable persistente, señales de que se acumulan toxinas en el organismo. Asimismo, pueden presentarse calambres musculares y picazón debido a alteraciones en minerales como el calcio y el fósforo.

Proteger la salud renal depende de hábitos sencillos pero cruciales, lo más importante es beber suficiente agua, reducir el consumo de sal y ultraprocesados, controlar los niveles de glucosa y presión, no fumar y realizar chequeos médicos frecuentes, especialmente si se padece diabetes, hipertensión u obesidad.

Siempre recordar que esta información nunca va a sustituir un diagnóstico médico.

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