Popularmente conocida como “la enfermedad del beso”, la mononucleosis infecciosa es una afección causada, en la mayoría de los casos, por el virus de Epstein-Barr (VEB), un miembro de la familia de los herpesvirus.
Aunque su apodo puede sonar romántico, se trata de una infección real que afecta principalmente a adolescentes y adultos jóvenes.
¿Por qué se llama “la enfermedad del beso”?
El apodo proviene de una de sus principales vías de transmisión: la saliva. Aunque no es exclusivo de los besos, este contacto cercano facilita el contagio. También puede transmitirse al compartir utensilios, vasos o cepillos dentales con una persona infectada.
Síntomas más comunes
Los síntomas pueden variar en cada persona, pero los más frecuentes incluyen:
- Fatiga intensa
- Dolor de garganta
- Fiebre
- Inflamación de ganglios linfáticos
- Amígdalas hinchadas
- Dolor de cabeza
En algunos casos, también puede presentarse inflamación del bazo o del hígado. Por esta razón, es recomendable evitar deportes de contacto durante la recuperación.
La mononucleosis no tiene un tratamiento antiviral específico. Generalmente, el cuerpo se encarga de combatir el virus por sí solo. El descanso, una buena hidratación y analgésicos de venta libre pueden ayudar a aliviar los síntomas. Es importante acudir al médico ante cualquier sospecha para obtener un diagnóstico adecuado y descartar otras enfermedades.
Como no existe una vacuna para el virus de Epstein-Barr, la mejor forma de prevención es evitar compartir objetos personales que entren en contacto con la saliva y mantener una buena higiene. Aunque no siempre se puede evitar el contagio, conocer las formas de transmisión puede reducir el riesgo.
Según estudios, una gran parte de la población mundial ha estado expuesta al virus en algún momento de su vida, muchas veces sin presentar síntomas. Esto hace que muchas personas desarrollen inmunidad sin saberlo.
La enfermedad del beso puede sonar inofensiva, pero puede afectar el bienestar durante varias semanas. Con cuidados adecuados y siguiendo las recomendaciones médicas, la recuperación suele ser completa. Siempre es mejor informarse y prevenir que lamentar.