Después de casi dos décadas juntos, Nicole Kidman y Keith Urban han sorprendido al mundo con el anuncio de su separación. La pareja, considerada una de las más sólidas de Hollywood, llevaba meses viviendo distanciada, según informan medios internacionales.
Fuentes cercanas aseguran que fue Urban quien tomó la decisión, instalándose en una nueva residencia en Nashville. Mientras tanto, Kidman habría intentado mantener unida a la familia, ocupándose de sus hijas Sunday y Faith, en medio de la crisis matrimonial.
Las tensiones en la relación
El fallecimiento de la madre de Kidman el año pasado habría marcado un punto de quiebre en la pareja. A esto se suman rumores sobre el descontento de Urban con algunas escenas explícitas de las últimas producciones de la actriz, lo que habría generado fricciones entre ambos.
La noticia ha conmocionado a los seguidores de la actriz y el cantante, quienes durante años fueron ejemplo de estabilidad. Sin embargo, las diferencias personales y profesionales parecen haberlos llevado a caminos separados. Por ahora, ninguno de los dos ha dado declaraciones oficiales sobre el divorcio.
En el plano profesional, tanto Kidman como Urban continúan enfocados en sus carreras. Ella mantiene una agenda activa en el cine y la televisión, mientras que él sigue recorriendo escenarios con su música country. Este contraste de estilos de vida también habría alimentado las distancias dentro del matrimonio.
Los fanáticos, aunque tristes por la separación, destacan el legado de amor y respeto que ambos construyeron durante casi veinte años. Muchos consideran que, pese a la ruptura, su historia conjunta seguirá siendo recordada como una de las más queridas de la industria del entretenimiento.
La historia de Nicole Kidman y Keith Urban muestra que incluso las parejas más admiradas pueden enfrentar desafíos profundos. Lo que parecía un matrimonio inquebrantable llega a su fin, dejando abierta la pregunta de cómo ambos seguirán adelante en esta nueva etapa de sus vidas.
