En los momentos finales de su vida, el Papa Francisco conocido en todo el mundo por su humildad, sencillez y cercanís dejó un mensaje que ha tocado profundamente a quienes lo admiraban.
Dirigidas a alguien muy cercano a él, sus palabras reflejan la esencia de un líder que siempre priorizó el agradecimiento y la humanidad por encima de los protocolos.
Lejos de grandes discursos o ceremonias públicas, el Papa eligió expresar su gratitud a una figura clave en su vida: Massimiliano Strappetti, su enfermero personal. Este profesional de la salud lo acompañó durante años, brindándole atención y apoyo en momentos importantes de su bienestar.
Con voz suave, el pontífice le dijo: “Gracias por traerme de vuelta a la Plaza de San Pedro”, haciendo alusión a un recorrido especial en el Papamóvil que realizó recientemente. Aquel paseo no estaba previsto, pero él insistió en hacerlo tras la bendición de Pascua, con el deseo de reencontrarse con los fieles.
Durante el trayecto, saludó a niños, compartió gestos afectuosos y mostró su cercanía con la gente. Después de esa jornada, descansó en paz y tranquilidad. Horas más tarde, su salud comenzó a debilitarse.
Según personas cercanas, antes de quedar inconsciente, dedicó un último gesto a Strappetti, quien permaneció a su lado hasta el final. Fue una despedida serena y discreta, coherente con su forma de vivir y servir.
Massimiliano Strappetti, de 54 años, ha trabajado durante décadas en el área de la salud, iniciando su carrera en el Policlínico Gemelli de Roma. Su dedicación lo llevó a formar parte del equipo médico del Vaticano, acompañando a tres líderes de la Iglesia en distintos periodos.
En 2022, el Papa Francisco lo designó oficialmente como su asistente sanitario personal, confiando plenamente en su profesionalismo y discreción. La partida del Papa ocurrió a los 88 años, luego de una complicación médica que fue atendida con los cuidados correspondientes.
Aunque había retomado sus tareas poco tiempo antes, continuó trabajando con entrega hasta el final. En lugar de buscar homenajes o grandes despedidas, Francisco eligió cerrar su vida con una palabra sencilla, pero llena de significado: “Gracias”. Un gesto que resume su legado de cercanía, humildad y servicio a los demás.
