Tres inmigrantes nigerianos protagonizaron una travesía que ha causado gran impacto. Se ocultaron en el timón de un barco petrolero que salió desde Lagos, Nigeria, con destino a Las Palmas, Islas Canarias. Durante 11 días de viaje recorrieron casi 4,600 kilómetros, enfrentando condiciones extremas de frío, deshidratación y riesgo constante de caer al mar.
Al llegar al puerto español, fueron encontrados en estado de debilidad y trasladados de inmediato a un hospital, según reportes de Salvamento Marítimo. La imagen difundida por la agencia AP mostró la dureza de su situación, con los hombres sentados bajo el casco del buque y sus pies a punto de rozar el agua.
Expertos en rescate explican que este tipo de viajes son extremadamente peligrosos. El movimiento del mar, el mal tiempo y las variaciones en el nivel del casco pueden poner en riesgo la vida de quienes se ocultan en esa zona. A lo largo de los últimos años se han registrado varios casos similares en barcos que llegan a las Islas Canarias, lo que refleja la magnitud del fenómeno migratorio.
En 2020, incluso un joven de 14 años logró sobrevivir a un viaje de dos semanas en condiciones semejantes. Cada historia demuestra el nivel de desesperación de quienes buscan una oportunidad en Europa, arriesgando todo para alcanzar su meta.
Las Islas Canarias se han convertido en uno de los principales puntos de llegada de personas que parten desde África occidental. En los últimos años, miles han realizado travesías similares, ya sea en barcos sobrecargados o en situaciones de polizones. Aunque las autoridades advierten sobre los peligros, el flujo no se detiene.
El caso de estos tres hombres es un recordatorio de los retos migratorios actuales y de la necesidad de encontrar soluciones más seguras y humanas para quienes buscan un futuro distinto. La travesía de once días en el timón de un barco no es solo un viaje extremo, sino una señal de esperanza y desesperación a la vez.