Curiosidades

Estas fueron las primeras palabras que su madre le dijo tras dejarlo hace 40 años en una bolsa.

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En septiembre de 1984, un bebé fue encontrado en el baño de un centro de ocio cercano a Milton Keynes, Reino Unido. Estaba envuelto en una manta y metido dentro de una bolsa de compra, con la placenta aún adherida.

Tres adolescentes escucharon su llanto, lo encontraron y, gracias a su rápida acción, lograron salvarle la vida. Aquel bebé fue llamado Jon Scarlett‑Phillips.

Adoptado por una familia amorosa, Jon creció junto a su hermana mayor Debbie. Aunque tuvo una infancia feliz, siempre vivió con una gran pregunta: ¿por qué lo abandonaron?

A los 18 años, su vida dio un giro difícil. Su madre adoptiva sufrió daño cerebral tras un percance automovilístico, y él enfrentó una sobredosis que casi le cuesta la vida. Fue entonces cuando conoció a Becky, su esposa, quien le dio fuerzas para iniciar la búsqueda de sus orígenes.

Jon decidió participar en un programa especializado en reunir personas adoptadas con sus familias biológicas. Allí descubrió que su madre, con solo 20 años en aquel entonces y dos hijas pequeñas, lo había dado a luz completamente sola y en condiciones muy complicadas.

Atrapada en un estado emocional delicado, decidió dejarlo en ese baño, esperando que alguien lo encontrara. Aunque su madre aún no se siente lista para reencontrarse con él, envió un mensaje a través de sus hijas: “No es un no, Jon, solo es el momento”. Un mensaje que deja abierta la posibilidad de un encuentro futuro.

El momento más conmovedor fue cuando Jon conoció a sus hermanas biológicas. Ellas le entregaron personalmente el mensaje de su madre. Aunque su identidad permanece en reserva para proteger la privacidad de la familia, el lazo fue inmediato. Jon expresó con emoción: “Me siento mucho más liberado… ese vacío ha desaparecido por completo. Soy un hombre feliz”.

Después de cuatro décadas de dudas, Jon encontró parte de su verdad. Aunque aún no ha visto cara a cara a su madre, ha descubierto una familia biológica que lo recibió con amor y respuestas que llenaron el vacío que llevaba desde su nacimiento.

Esta historia es una poderosa muestra de que, por más difícil que haya sido el comienzo, la vida siempre puede sorprender con nuevas oportunidades, reencuentros y la paz que da conocer de dónde venimos.

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