Demi Moore rompió el silencio para compartir su perspectiva sobre la polémica en torno al cuidado de su exesposo, Bruce Willis. La actriz pidió respeto por las decisiones médicas y familiares, y defendió que, cuando la salud lo exige, optar por una residencia con atención especializada puede ser una muestra de amor y responsabilidad.
Desde que la familia comunicó el avance de los problemas de salud del actor —incluida la demencia frontotemporal—, el debate sobre el mejor lugar para su atención se ha hecho público. Entre opiniones encontradas y críticas en redes, Moore subraya que la prioridad debe ser el bienestar integral del paciente.
Moore expresó empatía y respaldo hacia quienes están a cargo del día a día de Bruce. Señaló que las decisiones respecto al cuidado —ya sea en casa o en un centro con personal 24/7— no se toman a la ligera y requieren evaluaciones profesionales, coordinación familiar y consideración por la seguridad del paciente.
Para la actriz, juzgar desde fuera no ayuda. Recordó que cada caso es distinto y que la demencia implica cambios que demandan rutinas, terapias y supervisión constante. En ese sentido, insistió en que el papel de la familia y de los cuidadores merece apoyo y comprensión, no ataques.
Moore remarcó que un hogar de cuidados no significa abandono, sino acceso a equipos especializados, protocolos de seguridad, fisioterapia y estimulación cognitiva. Además, permite que los familiares sigan presentes con visitas y acompañamiento, al tiempo que el paciente se mantiene en un entorno adaptado a sus necesidades.
La actriz agradeció el cariño del público e invitó a canalizar ese apoyo en gestos de respeto hacia la privacidad de la familia. “Acompañar sin invadir” —sugiere— es la mejor manera de demostrar afecto en procesos largos y sensibles.
La posición de Demi Moore es clara: empatía, respeto y cuidado responsable. Si la mejor alternativa para Bruce es una residencia con atención permanente, la decisión debe entenderse como un acto de amor que busca preservar su calidad de vida.
