El cáncer de estómago es una patología cada vez más frecuente en todo el mundo, el estómago es un órgano que forma parte del sistema digestivo, es donde primero llegan los alimentos a iniciar su proceso de descomposición después de la alimentación.
Pero este puede desarrollar un crecimiento anormal de células, formándose así un tumor, generalmente de evolución lenta y originado en la mucosa.
Existen varios tipos de tumores gástricos, dentro de los principales se encuentran:
– Adenocarcinoma: 90% de los casos.
– Linfoma: 4%, relacionado al sistema inmunológico.
– Tumores carcinoides: 3%, de células productoras de hormonas.
– Otros: 3%.
Existen factores de riesgo que predisponen la aparición de estas tumoraciones, dentro de las principales se encuentran, infección por la bacteria Helicobacter pylori, ser hombre, ciertos grupos étnicos, vivir en regiones con mayor incidencia (Asia, Europa del Este, América Latina), dieta rica en alimentos ahumados o salados, obesidad, cirugía gástrica previa, anemia perniciosa, pólipos, infección por virus Epstein-Barr y algunas enfermedades del estómago.
La mayoría de las personas que han sido diagnositicadas con esta enfermedad han reportado como síntomas iniciales, pérdida de apetito, náuseas, vómitos, dolor o molestia abdominal, sensación de llenura, acidez, indigestión y pérdida de peso rápida.
Acudir a tiempo al médico es de suma importancia, para lograr un diagnóstico a tiempo y así iniciar una terapia de tratamiento lo antes posible, para el diagnóstico se inicia con evaluación médica, análisis de laboratorio y estudios como endoscopia, biopsia y imágenes (radiografía, ecografía, tomografía o resonancia).
El tratamiento va a variar dependiendo de lo complicado que se encuentre el paciente, este puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia y terapias dirigidas, según el estadio, la edad y el estado general del paciente.
Siempre es importante tener en mente que mientras más temprano sea detectada la enfermedad, aumentan las posibilidades de éxito, por lo que ante síntomas persistentes es fundamental consultar al médico.