Eric Clapton, uno de los guitarristas más reconocidos de todos los tiempos, ha vivido una carrera llena de éxitos, pero también momentos profundamente personales que marcaron su historia de vida.
En 1991, su pequeño hijo Conor, de tan solo 4 años, partió inesperadamente mientras se encontraba en un apartamento en Nueva York. Este hecho conmovió profundamente tanto a Clapton como a la madre del niño, y causó un gran impacto en medios y seguidores de todo el mundo.
A raíz de ese momento tan delicado, Clapton se tomó una pausa en su carrera musical. Durante ese proceso de reflexión, encontró en la música una forma de canalizar sus emociones. De ahí nació una de sus canciones más conmovedoras: “Tears in Heaven”, una pieza íntima que expresa el vínculo eterno entre un padre y su hijo.
En entrevistas posteriores, Clapton compartió que, a partir de esa experiencia, se hizo una promesa a sí mismo y a su hijo: vivir de forma sobria, consciente y dedicada al bienestar personal y familiar. Esta decisión lo llevó a transformar su estilo de vida y a enfocarse en ayudar a los demás.
Con ese propósito fundó Crossroads Centre, un centro dedicado a apoyar a personas en procesos de recuperación y superación personal. Gracias a esta iniciativa, miles de personas han recibido orientación y esperanza en momentos difíciles.
A lo largo de los años, Clapton ha mantenido su compromiso con la sobriedad y ha utilizado su plataforma pública para visibilizar temas de salud emocional. Ha hablado con honestidad sobre sus propias batallas internas y sobre cómo la disciplina, el arte y el apoyo adecuado pueden cambiar el rumbo de una vida.
Hoy, más de tres décadas después, la historia de Clapton sigue inspirando a millones. No solo por su música, sino por su capacidad de convertir una experiencia compleja en un camino de servicio, reflexión y amor duradero.