El príncipe Archie y la princesa Lilibet están por celebrar su quinta y tercera Navidad respectivamente.
Los hijos del príncipe Harry y Meghan Markle, todavía muy pequeños, viven estas fechas con ilusión, sin ser conscientes del complicado historial familiar que rodea a sus padres. Sin embargo, es probable que con el tiempo lleguen a conocer los detalles de esa compleja relación con la familia real británica.
Recientemente, Harry y Meghan compartieron su tarjeta navideña de este año. En ella incluyeron varias fotografías, entre las que destacó una nueva imagen de sus hijos, lo que emocionó a muchos seguidores de la pareja.
No obstante, la publicación no tardó en generar debate en redes sociales, con algunos usuarios insinuando que la imagen podría haber sido editada. Estas especulaciones surgen tras la controversia vivida meses atrás por la edición de una fotografía familiar de la princesa Kate.
Como en años anteriores, Archie y Lilibet no pasarán las fiestas con sus primos George, Charlotte y Louis, ni con el rey Carlos o el príncipe William. Las diferencias entre Harry, Meghan y el resto de la familia real persisten, y diversas fuentes afirman que los Sussex no habrían sido invitados a la tradicional celebración en Sandringham.
A lo largo del año, la pareja ha optado por alejarse de las polémicas declaraciones sobre la realeza, concentrándose en sus proyectos profesionales. Sin embargo, los rumores sobre su vida personal no se han detenido, y algunas apariciones por separado alimentaron especulaciones sobre posibles tensiones en su matrimonio.
Harry negó rotundamente esos rumores, y expertos opinan que tanto él como Meghan están intentando construir carreras independientes sin depender exclusivamente del trabajo conjunto como pareja.
Mientras tanto, Meghan ha puesto su energía en su nueva marca de estilo de vida, American Riviera Orchard, y Harry continúa comprometido con los Juegos Invictus, una causa muy cercana a su corazón. A pesar de sus ocupaciones, ambos han dejado claro que su prioridad sigue siendo la crianza de Archie y Lilibet.
Aunque han tenido momentos de exposición mediática, como su aparición en la docuserie de Netflix en 2022, los duques han decidido mantener a sus hijos alejados de la atención pública. Según fuentes cercanas, esta decisión no se basa solo en el deseo de privacidad, sino también en cuestiones de seguridad.
Un allegado comentó a US Magazine que, a diferencia de los hijos de William y Kate, quienes cuentan con una protección oficial mucho más amplia, los hijos de Harry y Meghan no disfrutan del mismo nivel de seguridad, lo que obliga a los padres a tomar precauciones adicionales.
De hecho, otra fuente señaló a People que Harry está decidido a proteger a sus hijos del escrutinio público para garantizarles una infancia libre de miedos y riesgos. Más allá de la fama o el legado familiar, su objetivo es ofrecerles una vida lo más normal posible, sin repetir los errores del pasado.
Aunque el príncipe Harry y Meghan Markle pueden decidir cómo criar a sus hijos mientras son menores, una fuente cercana reveló que tienen un plan a largo plazo: permitir que el príncipe Archie y la princesa Lilibet elijan su propio camino cuando cumplan los 18 años.
Hasta entonces, la pareja procura mantenerlos alejados del foco mediático, dándoles espacio para desarrollar su identidad lejos de la presión pública. Según fuentes de Express y Us Weekly, los niños llevan una vida tranquila. Archie es descrito como dulce y curioso, mientras que Lilibet se caracteriza por su energía y alegría. Ambos son educados y están creciendo en un entorno familiar centrado en la privacidad y la seguridad.
Como parte de sus tradiciones navideñas, los Sussex compartieron este año una tarjeta con seis imágenes, entre ellas una nueva fotografía de sus hijos. Aunque sus rostros no son visibles, los fans celebraron el gesto y se mostraron emocionados por ver cuánto han crecido. Comentarios como “¡Mira a los niños, están enormes!” o “¡Son pelirrojos como Harry!” inundaron las redes.
Sin embargo, no faltaron las polémicas. Algunos usuarios sugirieron que la foto fue alterada digitalmente, acusando a la pareja incluso de usar inteligencia artificial o niños que no eran realmente Archie y Lilibet. Estas teorías surgieron meses después del escándalo por la edición de una imagen de Kate Middleton y sus hijos, lo que generó desconfianza entre los seguidores de la realeza.
Expertos en edición fotográfica, como James Middleton y el fotógrafo Glenn Gratton, analizaron la imagen. Aunque admiten que la calidad es baja para una verificación detallada, no encontraron pruebas concluyentes de manipulación. Gratton consideró que la imagen podría estar escenificada, pero no necesariamente editada.