El mundo de la tauromaquia se vio profundamente conmocionado en 2017 por la pérdida del reconocido torero español Iván Fandiño, una figura destacada en el ruedo y símbolo de entrega y valentía.
Su partida dejó un recuerdo imborrable en sus colegas, seguidores y en la memoria colectiva. Fandiño, originario del País Vasco, tenía más de diez años de trayectoria profesional y era conocido por asumir retos que muchos evitaban, incluyendo enfrentar animales de gran fuerza.
Aquel día, ya había participado en una faena y decidió volver a la arena en Aire-sur-l’Adour, Francia. Durante el segundo encuentro, un tropiezo inesperado marcó un momento crítico.
En ese instante, recibió un impacto que afectó gravemente su estado físico. Aunque permaneció consciente durante el traslado, la situación fue muy delicada y lamentablemente no logró recuperarse.
La noticia causó una gran impresión en el entorno taurino. Juan del Álamo, quien compartía cartel con él ese día, expresó su desconcierto ante lo sucedido. La escena, repentina e imprevisible, generó una gran tristeza entre sus allegados y seguidores.
No era la primera vez que Fandiño enfrentaba situaciones de alto riesgo. En 2014 y 2015 había tenido percances durante presentaciones en Francia y España, de los que se recuperó.
Sin embargo, su partida en 2017 marcó un hito, ya que no se registraban eventos similares en Francia desde hacía casi un siglo, según medios locales.
En su tierra natal, múltiples homenajes destacaron su entrega y pasión por la tauromaquia. Personalidades como el rey Felipe VI y el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le dedicaron palabras de reconocimiento.
Antes de partir Fandiño dijo una frase que se quedó en la memoria de todos "Cortaros la coleta, esto es el final."
Estas palabras fueron dirigidas al equipo médico que lo atendía tras su triste percance en el ruedo francés de Aire-sur-l’Adour en 2017. La frase tiene un fuerte simbolismo en la tauromaquia, ya que "cortar la coleta" representa la retirada definitiva de un torero de los ruedos.
Más allá del debate que genera esta tradición cultural, la figura de Iván Fandiño permanece como un referente de compromiso y dedicación total a su arte.
