Anneliese Michel fue una joven alemana nacida en 1952 en el seno de una familia católica muy devota. A los 16 años de edad comenzó a experimentar convulsiones y fue diagnosticada con epilepsia del lóbulo temporal.
Este es un trastorno neurológico que puede alterar la percepción y las emociones, llegando incluso a generar experiencias de tipo religioso. A pesar de seguir un tratamiento médico y psiquiátrico, su estado no mejoró y comenzaron a presentarse síntomas desconcertantes, como rechazo a objetos religiosos y episodios de angustia.
Al no observar mejoría con la atención médica que estaba recibiendo, su familia solicitó ayuda a la Iglesia Católica. Tras varios intentos fallidos, en 1975 se autorizó la realización de exorcismos por parte de dos sacerdotes, siguiendo el ritual correspondiente.
Durante cerca de diez meses, Anneliese fue sometida a múltiples sesiones. Lamentablemente, partió en el año 1976 debido a un cuadro de salud grave que incluyó una pérdida significativa de peso.
En 1978, sus padres y los sacerdotes fueron llevados a juicio y condenados por ocasionarle una partida de este mundo de forma negligente, aunque con sentencias leves al considerarse que actuaron de buena fe.
Su historia ha generado un debate constante: algunos la consideran un caso de enfermedad mental que no recibió la atención adecuada, mientras que otros la interpretan como un fenómeno de carácter espiritual.
El caso inspiró la película "El Exorcismo de Emily Rose" y sigue siendo motivo de reflexión sobre la relación entre la fe y la medicina, así como sobre las consecuencias de nuestras creencias.