Salud

Síntomas, transmisión y causas de esta afección que muchas personas padecen.

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Este virus aunque muchos no lo crean está muy extendido en todo el mundo y, aun así, genera dudas, bastante estigma y preocupación en muchas personas.

Lo más importante es conocer sobre su transmisión, sintomatología y causas, pues aquí te contaré todo, este virus puede ser de dos tipos, tipo 1 o tipo 2. Ambos pueden presentarse en distintas zonas del cuerpo, aunque tradicionalmente el tipo 2 se ha asociado más a brotes en áreas específicas.

Es importante destacar que se trata de una infección de larga duración, lo que significa que permanece activo en el organismo. Sin embargo, esto no implica que los síntomas sean constantes, incluso este virus se caracteriza por ser de sintomatología intermitente, ya que muchas personas pasan largos periodos sin molestias.

Es por esto que se debe ser muy cuidadoso, ya que el contagio puede ocurrir incluso cuando no hay señales visibles de este, algo que muchas personas desconocen. Este proceso es conocido como “diseminación asintomática”, es decir que puede ser transmitido sin el portador incluso saber que lo tiene.

Los primeros signos pueden aparecer días o semanas después del contacto con el virus, en un episodio inicial pueden surgir sensaciones de ardor, hormigueo, picazón o incomodidad en la piel, acompañadas en algunos casos de pequeñas lesiones superficiales.

Con el tiempo, los brotes suelen hacerse mucho más leves, incluso hay quienes solo presentan uno o dos episodios en toda su vida, mientras que otros pueden experimentar varios cuando sus defensas bajan por estrés, enfermedades o cambios hormonales.

Además de los síntomas físicos, esta condición también puede influir en el bienestar mental, ya que muchas personas pueden sentir vergüenza por falta de información, cuando en realidad se trata de una situación muy común.

El diagnóstico debe realizarlo un profesional de la salud mediante una evaluación, pruebas de laboratorio o análisis de muestras. Cuando no hay señales visibles, puede recurrirse a exámenes específicos en sangre.

Lamentablemente no existe una cura definitiva, sí hay medicamentos que ayudan a disminuir la duración de los episodios y reducen el riesgo de nuevas molestias, es importante llevar un estilo de vida saludable, como descansar bien, manejar el estrés y mantener una alimentación equilibrada, también puede ayudar a reducir la frecuencia de los brotes.

En conclusión, aunque este virus es una condición común y controlable, la información es la herramienta más importante para lidiar con este virus.

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