Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, fue uno de los comediantes y productores más exitosos de la televisión latinoamericana. Sin embargo, su vida personal no estuvo exenta de controversias, especialmente en lo relacionado con su primer matrimonio con Graciela Fernández.
Un matrimonio que terminó en medio del éxito
Graciela Fernández fue la primera esposa de Chespirito y madre de sus seis hijos. Estuvieron casados durante más de dos décadas, tiempo en el que él construyó su carrera y alcanzó fama mundial gracias a personajes como El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado. Pero mientras su éxito crecía, su vida matrimonial comenzaba a fracturarse.
En los años 80, cuando Chespirito ya era una figura consolidada y mantenía una estrecha relación con Florinda Meza (Doña Florinda), su matrimonio con Graciela llegó a su fin. La separación no solo fue emocionalmente difícil, sino también financieramente significativa.
Una pensión millonaria
Según diversas fuentes, tras el divorcio, Roberto Gómez Bolaños tuvo que pagarle a Graciela una cifra millonaria como parte del acuerdo. Aunque los montos exactos no han sido confirmados oficialmente, se habla de una suma que incluyó propiedades, cuentas bancarias, y una pensión considerable para asegurar el bienestar de Graciela y sus hijos.
Además del pago inicial, Chespirito también continuó brindando apoyo económico a su familia por varios años más. A pesar de su nueva vida junto a Florinda Meza, él nunca dejó de mantener contacto con sus hijos ni de cumplir con sus responsabilidades.
Una historia poco conocida
Aunque la vida sentimental de Chespirito fue bastante discreta, el acuerdo económico con Graciela sigue siendo un tema que genera curiosidad entre sus seguidores. Muchos destacan que, más allá de los rumores, Gómez Bolaños siempre procuró mantener una imagen de respeto hacia la madre de sus hijos, incluso después del divorcio.
La historia de Chespirito y Graciela es una muestra de que, detrás del ícono de la comedia, había una vida privada con momentos difíciles. Y aunque el final de su matrimonio implicó un importante desembolso económico, también reflejó un compromiso por cerrar ese capítulo con responsabilidad y respeto.
