Curiosidades

Esta fue la última súplica del explorador que quedó atrapado en una cueva.

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En noviembre de 2009, John Edward Jones, un joven padre de familia de 26 años, vivió una de las historias más conmovedoras en el mundo de la espeleología. Durante una visita a Utah por el Día de Acción de Gracias, decidió explorar junto a su hermano la cueva Nutty Putty, un lugar conocido por sus pasajes estrechos y su complejidad geológica.

Una expedición con un giro inesperado

John ingresó a un pasaje que creyó reconocer, pero terminó atrapado en una sección aún más angosta de la cueva. Durante más de 27 horas, los equipos de rescate trabajaron incansablemente para liberarlo, enfrentando condiciones sumamente desafiantes.

Palabras que conmovieron a todos

Las primeras palabras que John expresó a una de las rescatistas fueron: “Hola Susie, gracias por venir. Tengo muchas ganas de salir”. Esta frase refleja su esperanza y el deseo profundo de regresar con su familia.

En todo momento, John demostró valentía y fe. Acompañado a distancia por su hermano, entonaron himnos religiosos y recordaron momentos en familia. También mostró preocupación por los rescatistas, preguntando si todos estaban bien.

Un legado que perdura

A pesar de los esfuerzos de más de 100 personas, la ubicación y postura en la que quedó atrapado impidieron su liberación. Su historia dio lugar a una reflexión profunda sobre los riesgos de la exploración y la importancia de la prevención.

La cueva fue sellada por razones de seguridad, y en la entrada se colocó una placa en su honor. En 2016, su historia fue llevada al cine en una película titulada The Last Descent, basada en hechos reales y con el respaldo de su familia.

Un recuerdo lleno de amor y esperanza

John Edward Jones será recordado por su espíritu aventurero, su amor por su familia y la esperanza que mantuvo hasta el final. Su esposa, embarazada en ese momento, dio a luz poco después, manteniendo viva su memoria en sus hijos y seres queridos.

Su historia no solo conmovió a quienes lo conocieron, sino también a miles de personas en todo el mundo que, a través de su experiencia, encontraron una lección de fortaleza, fe y humanidad.

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