Aunque no lo veas a simple vista, tu cama y tu baño acumulan mucho más que comodidad y descanso. Cada día, al dormir o secarte después de la ducha, dejas en las telas sudor, células muertas, grasa corporal, restos de productos y hasta bacterias.
Y lamentablemente si no los cambias con frecuencia, todo eso se acumula. Por eso, cambiar tus toallas y sábanas no es solo una cuestión de orden o limpieza: es salud.
¿Cada cuánto tiempo se deben cambiar las sábanas?
Lo ideal: una vez por semana.
Tu cuerpo suda mientras duermes, y aunque no lo notes, también pierde piel muerta y secreciones naturales. Esto, junto con el polvo, crea el ambiente perfecto para que se acumulen ácaros, bacterias y olores.
Así que si vives en un lugar caluroso, duermes con mascotas o sueles sudar mucho, lo más recomendable es cambiarlas dos veces por semana.
¿Y las toallas? ¡Mucho ojo!
Toallas de cuerpo: deben cambiarse cada 3 o 4 usos como máximo. Después de usarlas, quedan húmedas, y si no las secas bien o están en un baño sin ventilación, se convierten en un cultivo perfecto para bacterias y hongos.
Toallas de manos: deben cambiarse cada 2 o 3 días, ya que se usan varias veces al día por distintas personas y se contaminan con facilidad.
Tips extra para mantener todo fresco y seguro:
✔️ Lava con agua caliente, sobre todo si hubo contacto con sudor excesivo, piel irritada o alguna enfermedad.
✔️ Agrega vinagre blanco al ciclo de lavado una vez al mes para eliminar malos olores y desinfectar.
✔️ No compartas toallas, ni siquiera entre familiares. Cada persona debe tener las suyas.
✔️ Asegúrate de secar bien las toallas después de cada uso: cuélgalas extendidas y en un lugar ventilado.
Recuerda:
Cambiar tus sábanas y toallas con frecuencia no es exageración. Es un hábito que protege tu piel, tu sistema inmune y hasta mejora la calidad de tu descanso.
¿Hace cuánto no las cambias tú? 😬🧺